— Pacto —

De todas las celebraciones que hay en nuestro hermoso universo, el equinoccio de otoño es sin lugar a dudas, una de las más emotivas. Son noches que quedarán para siempre en nuestros recuerdos.

Tras los sucesos ocurridos con los cazadores; los raptos y las muertes,los lobos y vampiros decidieron renovar un viejo pacto, una alianza entre ambos mundos.

Los alfas, betas y los líderes y sus guardias se reunieron, como hicieron siglos atrás, para hablar seriamente sobre las medidas que tomarían a partir de ahora.

Aprovecharon la tradición para mostrar su respeto los unos a los otros, en forma de presentes y decidieron, finalmente, que hasta que las cosas no mejoraran, las disputas entre vampiros y licántropos quedan terminantemente prohibidas bajo pena de muerte.

Los lobos aprovecharon para invitar a los extraños a sus festejos: rindieron culto a los muertos, se hicieron regalos y comieron, bebieron y bailaron durante toda la noche, como hermanos.

Como agradecimiento, la líder de los Kyteler decidió invitar a la noche siguiente a las manadas, para que celebrasen el equinoccio con ellos al más puro estilo vampírico.

En la mansión se hizo un baile, como según mandaba la tradición, con todo lo que pudieran necesitar. Hubieron juegos y fue una noche tremendamente divertida para todos.

Por fin, ambas razas celebraron juntas el equinoccio.

Pero no todo iba a ser celebración, la líder del clan intuye que algo raro ocurre y el líder de los lobos la sigue, lo que descubren no es agradable, un asustado vampiro muere apenas llegan a él, murmurando cosas sobre monstruos. Tras él sólo queda un trozo de papel con un extraño emblema